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Dieta mediterránea

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Entre las directrices que rigen una dieta mediterránea se encuentra la de consumir un alto contenido de alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, legumbres y frutos secos, así como también pan y otros cereales. Por otro lado se tiene al aceite de oliva como grasa principal de esta dieta, así como algunos otros parámetros que han sido modificados moderadamente en el tiempo para adaptarla al estilo de vida actual.

Dieta mediterranea

Ventajas y desventajas de llevar una dieta mediterránea

La mayoría de los estudios científicos señalan pros y contras referentes al tema estudiado. Por más que se intente disminuir por completo, siempre existe un grado de incertidumbre. El caso de la dieta mediterránea no escapa a ello, y es por eso que a continuación se explicará lo malo y lo bueno de esta dieta reconocida por la UNESCO.

Las bondades de la dieta mediterránea se basan primordialmente en que disminuye la incidencia de enfermedades cardiovasculares. El aceite de oliva usado como principal grasa de adición en esta dieta es un alimento rico en vitamina E, ácidos grasos monoinsaturados y beta-carotenos, lo que le confiere propiedades cardioprotectoras. Otro de los beneficios que se le atribuye es el alto contenido de alimentos, como frutas, verduras y legumbres. Todo esto, además de proteger el corazón, ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer.

En contraste con las ventajas de llevar la dieta mediterránea se tienen ciertas críticas que apuntan a que la dieta realmente no se basa en su totalidad a patrones alimenticios de países mediterráneos y que los basamentos usados por el fisiólogo que la estudió, Ancel Keys, no son del todo ciertos. En cuanto a esto, falta incluir datos de algunos de estos países, aun habiéndolos. Por otra parte, se dice que este tipo de dietas ha contribuido al creciente aumento de casos de trastornos relacionados con el gluten, pero este dato no ha podido ser verificado.